LIRE se posiciona en contra de que los pacientes con enfermedades inflamatorias paguen por los medicamentos biológicos

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La Liga Reumatológica Española (LIRE), entidad miembro de COCEMFE, ha elaborado un comunicado con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Reumáticas, el 12 de octubre, en el que critica que a pesar de que no suponga ahorro alguno para el Sistema Nacional de Salud (SNS), los pacientes con enfermedades inflamatorias tendrán que pagar por los medicamentos biológicos como consecuencia del nuevo copago en medicamentos de dispensación hospitalaria.
El 19 de septiembre se publicó en el B.O.E. la Resolución de 10 de septiembre de 2013, de la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) y Farmacia, por la que se procede a modificar las condiciones de financiación de medicamentos incluidos en la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud mediante la asignación de aportación del usuario.
LIRE critica que “en una pirueta basada en leyes, decretos y resoluciones previas, y que pone en evidencia el complejo entramado del medicamento en España, se resuelve que los medicamentos de dispensación hospitalaria, entre los que se incluyen algunos de los que han de utilizar de forma crónica las personas con enfermedades reumáticas inflamatorias, se rigen también por el copago. Afortunadamente son de aportación reducida, lo que se traduce en un 10% del PVP del medicamento, con un máximo actualmente fijado en 4,20 euros”.
Según explica la entidad, los medicamentos denominados biológicos que son dispensados para el tratamiento de las enfermedades reumáticas inflamatorias suponen un coste elevado por paciente para el SNS, en torno a 8.700 euros por paciente y año, pero sólo lo utilizan entre un 10 y un 20% de los pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias. Esto significa que la aportación que ahora se les hará pagar a estos pacientes, no va a significar en absoluto un ahorro significativo para el SNS y si una carga más para estos pacientes con su ya pesada servidumbre, que les obliga a costear cada mes, entre 4 y 5 fármacos más los costes derivados de su dependencia, como ayudas domiciliarias, adaptaciones, etc. Ese aumento de los gastos para el paciente puede significar que el paciente decida dejara de tomar la medicación, cuando se ha demostrado que el cumplimiento de las dosis prescritas se asocia claramente a mejores resultados en salud y menos costes en complicaciones.
Tal y como detalla LIRE, estos medicamentos ya están muy regulados a nivel hospitalario. No se indican a cualquier paciente, ni las farmacias hospitalarias aceptan dispensarlos sin un informe detallado y riguroso fruto de un consenso del servicio prescriptor, ni siquiera de un solo facultativo, y un compromiso de vigilar estrechamente su eficacia en el paciente al que se administra. Esto es, con el copago tampoco están evitando que se prescriban y están gravando doblemente a estos medicamentos, que además el paciente no se pone por que sí, ni los puede pedir sin más.
“Por último, la puesta en funcionamiento del sistema de copago está obligando a unos gastos de gestión que anulan los supuestos beneficios económicos. En patologías crónicas, el copago no es una solución y mucho menos aún el copago de medicamentos tan regulados. Si queremos ahorrar en medicamentos de dispensación hospitalaria hay otras medidas más efectivas que pasan por compartir los costes con los laboratorios farmacéuticos o que abaraten los precios, pero el paciente, que no tiene la culpa de nada de esto, no debe ser quien pague por ello”, argumenta la Federación.
 

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